Reiki es una palabra japonesa que significa «energía vital universal». Según el International Center for Reiki Training, el Reiki se describe como una técnica japonesa que se administra para reducir el estrés y relajarse, y que también favorece la curación. Se originó no hace mucho tiempo, hace unos 100 años, por Mikao Usui. Más tarde, Hawayo Takata Sensei lo introdujo en EE.UU. (Hawai), y desde entonces ha pasado de maestro a alumno. Los practicantes de Reiki colocan sus manos sobre el cuerpo del cliente (o cerca de él) utilizando posiciones y símbolos específicos. Durante una sesión de Reiki, el practicante ayuda al cliente a aumentar su energía vital, y a equilibrar su mente, cuerpo y espíritu. A medida de que aumenta nuestra energía vital, es menos probable que nos sintamos enfermos o estresados y más probable que nos sintamos vibrantes, sanos y felices. 

La administración de Reiki es practicada por personas formadas y certificadas. Los practicantes de Reiki también pueden convertirse en Maestros de Reiki, lo que requiere más formación y permite enseñar Reiki a otras personas. Con consentimiento, el Reiki puede ser administrado o enviado a cualquier persona en persona, o a distancia en cualquier lugar y en cualquier momento del tiempo (y sí, esto significa en el futuro también). Reiki puede ser administrado a personas, animales, plantas, alimentos, agua, lugares, cosas e incluso situaciones. 

Una de las mayores ventajas del Reiki es que no puede hacer daño ni tener consecuencias negativas, ya que sus beneficios permanecen durante el tiempo o por el tiempo que se está administrando. Es una modalidad de sanación sencilla pero poderosa, segura y eficaz, que nos ayuda a sanar y a estar equilibrados. Combinado con otras terapias más tradicionales, el Reiki es un gran complemento para promover la salud mental, física y espiritual.

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